En las relaciones sexuales no todo es la penetración y muchas mujeres disfrutan más de los juegos preliminares que del mismo acto. Por este motivo, si quieres saber cómo masturbar a una mujer para que llegue al clímax, te vamos a dar algunos consejos para hacerlo, además de explicarte paso a paso como estimularla para que el ambiente se vaya calentando a cada segundo y pueda surgir fuego y pasión en vuestro encuentro.
Consejos para masturbar a una mujer
Antes de comenzar, te queremos dar algunos trucos para que vayas con la lección aprendida a la cama. Es importante que hagas las cosas con tranquilidad, sin nervios y sobre todo muy poco a poco. Para encender a una mujer lo tienes que hacer con mucha paciencia, sin prisas, tienes que pensar que tú también debes disfrutar viendo como cada vez la chica en cuestión va entrando en calor, por eso, disfruta del momento y tómate tu tiempo para hacerla vibrar de pasión.
Para que la mujer llegue a disfrutar al máximo de sus relaciones sexuales tiene que estar lubricada, ya que de lo contrario no sentirá tanto placer. Para esto, es esencial que su zona intima este lubricada, ya sea con sus propios fluidos o con los tuyos propios, como por ejemplo la saliva, y siempre con paciencia. También en el mercado hay lubricantes que hacen un efecto calor frío que puede ayudar aún más a la excitación.
Un fallo muy común es “ir a saco” a por la vagina o por el clítoris. Estas partes debes estimularlas, pero todo a su debido tiempo, ya que antes tendrás que pasar la mano y los dedos por la vulva y los labios para ir después a la zona en cuestión.
Cómo masturbar a tu mujer para que eyacule
Para conseguir que una mujer llegue al orgasmo más intenso que ha podido vivir en su vida tienes que seguir unos pasos que, si los dominas y conoces, podrás hacer perder la cabeza a cualquier chica que se precie, aunque todo requiere su técnica y también sus pequeños trucos. Lo primero de todo es conocer que es lo que le gusta a la mujer en cuestión, ya que, lo que le gusta a una, a otra puede no hacerle ni una pizca de gracia, por lo que tienes que ir tanteando, jugando y disfrutando mientras lo haces. Mientras estás masturbando, no pierdas en ningún momento contacto visual con la chica, es decir, deberás reconocer por su mirada, por su rostro, o incluso por su propio cuerpo si lo que estás tocando consigue que se ponga a mil. Si es así, puedes jugar con eso, estimulando otras zonas hasta llegar a esa en la que sabes que tendrás que esforzarte para lograr el orgasmo en tu pareja.
Cuando hablamos de eyaculación femenina y del orgasmo, siempre nos viene a la cabeza el punto G. Esta zona debe ser estimulada cuando la mujer está relajada, y ya hemos realizado varios juegos preliminares antes. La excitación debe ser la correcta, por lo que, si notas que su zona íntima está lubricada, podrás empezar a tantear el punto G. Lo primero que debes hacer es tantear la entrada de la vagina, rozando con tus dedos suavemente describiendo pequeños círculos para que, si notas tus dedos húmedos, podrás introducir uno dentro de la vagina. Lo más recomendable es que vayas poco a poco y no introduzcas todo de golpe, porque puede pasar que la chica se extrañe o incluso se asuste por lo que estarás cortando la excitación y tendrás de nuevo que empezar, no bien desde cero, pero si desde fuera para que todo vuelva a los niveles de antes. Ve jugando poco a poco con tu dedo dentro de la vagina y cuando veas que es el momento correcto, introduce otro. Por lo general los dedos más fáciles para maniobrar y para dar placer van a ser el dedo corazón y el anular. La dirección de los dedos tiene que ser con las yemas hacia arriba, es decir, si la mujer está tumbada en la cama, tus yemas deberán de apuntar hacia arriba, hacia el techo.
Cómo masturbar a una mujer paso por paso
Una vez llegado a este punto, tienes que tantear la zona G que se encuentra justo delante de tus yemas. La mujer no va a sentir más por llegar más al fondo de la vagina, siendo habitual que se escuche que lo importante no es la longitud del pene, sino su calibre o grosor, ya que al ser más ancha podrá rozar mejor esta zona en la que se encuentra el punto G.
Tantea primero la zona G con tus dedos, la notarás cerca de lo que es el hueso pélvico, teniendo que arquear un poco tus dedos hacia delante. Muchas mujeres hablan que es el mismo efecto que cuando vas a rebañar un tarro de Nocilla o algo por el estilo, introduces los dedos hacia el fondo, pero los flexionas para traer hacia ti más producto. Pues con la mujer es lo mismo, pero sin sacar los dedos. Tienes que hacer esta flexión, y empezar a “rascar” esa zona, pero siempre con la yema de los dedos y con tranquilidad y suavidad, debiendo de subir el ritmo únicamente cuando vaya llegando al orgasmo. Hay muchas mujeres que en este punto te van a ir guiando para que, llegado el momento, frotes con mucho más ímpetu haciéndole llegar a la deseada eyaculación.
Uno de los puntos finales importantes para hacer un trabajo de diez en la masturbación de tu pareja es que, si se trata de una chica multiorgásmica, es decir, que cuando ha tenido uno, si sigues un poco más, puede volver a irse varias veces, o si se trata de una mujer que solo tiene un orgasmo cada vez. En primero de los casos, si es así, deberás de seguir, ya que de esta manera le harás llegar otras veces por lo que le ayudarás a ver las estrellas y hasta el Universo entero, sin embargo, si solamente tiene un orgasmo, te recomendamos que dejes de estimular la zona, porque se vuelve extremadamente sensible y puede incluso doler un poco si se sigue masajeando de esa manera.